Sostenibilidad

La fórmula de Atando Cabos para reciclar y dar un nuevo uso a los desechos plásticos

La cleantech nació en 2015 como un proyecto para solucionar la contaminación de plásticos en la Patagonia producida por las industrias salmonera y pesquera. Hoy abarca más rubros.

Por: Valentina Llompart / Interactivo: María C. Arvelo | Publicado: Martes 11 de julio de 2023 a las 04:00 hrs.
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Uno de los principales problemas asociados a la actividad de pesca y cultivo, son los desechos plásticos. En las costas chilenas, es posible encontrarse con boyas, cuerdas y redes abandonadas, de las que nadie se hace cargo.

Para abordar este problema, en 2019, el ingeniero comercial, Michel Compagnon, cofundó Atando Cabos, una cleantech (tecnología para el medio ambiente), que a través de un modelo de economía circular, busca transformar estos residuos en productos para industrias.

La iniciativa partió en 2015 como un proyecto -al alero de la empresa Comberplast- para combatir la contaminación de plásticos en la Patagonia, en el sur de Chile, donde uno de los residuos más complejos de reciclar son las cuerdas o cabos que usa la industria salmonera, además de las redes y boyas que genera la actividad pesquera.

Clic en la esquina inferior derecha del interactivo para ver a pantalla completa:

Desde 2019 Atando Cabos opera como una empresa independiente y, además de recolectar y recibir los residuos de estas industrias, en 2020 comenzó a reciclar desechos plásticos de sectores como la construcción, minería y agroalimentario.

“En la pandemia nos empezamos a dar cuenta que era necesario abordar el problema del plástico desde etapas previas, ya que lo que terminaba en los océanos es lo que se filtró en el sistema. Dimos un vuelco, y ya no estamos limpiando el mar, sino que estamos limpiando el mundo de plástico”, explicó Compagnon.

El modelo

La industria salmonera en Chile incorpora unas 8 mil toneladas al año de redes y cabos. Y justamente, el 50% del total de residuos que Atando Cabos recibe proviene de este sector, seguido de la pesca -redes-; del agro -cajas, sacos y pallets-; y de la minería y construcción, con tuberías plásticas en desuso y otros.

La cleantech hoy cuenta con dos plantas en Santiago y Puerto Montt, las que también operan como centros de acopio de los residuos.

Michel Compagnon, cofundador Atando Cabos.

La instalación de Puerto Montt solo se dedica al triturado del material, mientras que la de Santiago, además de este proceso, los transforma en pellets y luego en nuevos productos.

Con el material reciclado la firma crea pallets de almacenamiento y traslado; tanques de drenajes para la construcción; cajas de cosechas de frutas; y discos para la minería, entre otros, los que son comercializados a diversas empresas.

Para la recolección trabaja con los pescadores, a quienes se les paga por kilo recibido. “Ellos son quienes conocen las costas del sur del país y saben dónde terminan estos residuos, por lo que cumplen un rol fundamental en que podamos recibir los desechos y procesarlos”, comentó Compagnon.

Afirmó que desde 2019 a la fecha, la empresa, que trabaja con más de 150 empresas -pescadores y gestores de residuos- ha reciclado 6 mil toneladas de plástico.

Además, agregó que la elaboración de los productos con los pellets de material reciclado emite 3,26 veces menos dióxido de carbono que la fabricación con plástico virgen.

“Estamos siendo pioneros en realmente lograr solucionar el problema de los plásticos desde la economía circular, al desarrollar productos que no son desechables, que duran en el tiempo y que una vez que no sirvan, pueden volver a reciclarse para crear nuevos”, comentó Compagnon.

Para llevar la trazabilidad del proceso, la firma implementó el software T.R.S.T, el que permite registrar la ruta de toda la cadena de valorización, desde la recolección del residuo hasta la elaboración del producto, la que se puede visualizar en el código QR que lleva cada artículo que se comercializa.

Partieron con una versión que utilizaba blockchain, pero que tenía “una huella de carbono muy alta”, por lo que en junio pasado la reemplazaron por un algoritmo que permite ver fotos de toda la cadena, la cantidad de residuos utilizada en el nuevo producto y la reducción de emisiones.

Además, con los datos obtenidos elaborarán mapas de calor de los lugares donde retiran plástico, “para tener claro dónde hay más residuos para enfocarnos en esas zonas y tomar decisiones mejores y más eficientes”, dijo Compagnon.

Planes de expansión

En alianza con la alemana BASF, la empresa ha creado una serie de procesos químicos para mezclar plásticos que no son compatibles entre sí y la idea, explica Compagnon, es “seguir desarrollando nuevos aditivos para poder utilizar plásticos que no son reciclables o que son muy difíciles de trabajar, en nuestros productos”.

También adelantó que en agosto lanzarán una compostera de plástico reutilizado para el reciclaje domiciliario y que el próximo semestre iniciarán la construcción de su tercera planta en la región de Aysén, la que entrará en operaciones en 2024.

Ese mismo año, también planean llegar a países como Ecuador y Perú, “quienes tienen una industria pesquera grande. La idea a es expandir el modelo de negocio con socios locales”.

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